Autores:

Carlos Giraldo, Director de estudios económicos – FLAR – cgiraldo@flar.net
Iader Giraldo, Investigador económico principal – FLAR – igiraldo@flar.net
Jose E. Gomez-Gonzalez, Departmento de finanzas, sistemas de información y económicos, City University of New York – Lehman College, Bronx, NY, USA. | Profesor visitante, Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas, Universidad de La Sabana, Chía, Colombia – jose.gomezgonzalez@lehman.cuny.edu 
Jorge M. Uribe, Faculty de Economía y Negocios, Universitat Oberta de Catalunya, Barcelona, Spain – juribeg@uoc.edu

El impacto de la integración financiera en la estabilidad financiera es un tema complejo que ha generado un extenso debate académico sobre sus ventajas y desventajas. La discusión se ha centrado predominantemente en evaluar los efectos de la apertura financiera en los mercados emergentes de ingresos medios que aspiran a alcanzar los niveles de prosperidad y estabilidad que caracterizan a las economías industriales avanzadas.

La literatura sugiere inequívocamente una relación positiva entre la integración financiera y el crecimiento económico, el desarrollo y la estabilidad financiera. La apertura financiera ofrece dos ventajas principales. Primero, homogeneiza los costos del capital entre países, lo que beneficia principalmente a aquellos donde el capital es escaso. En segundo lugar, la apertura financiera tiende a facilitar mecanismos internacionales de distribución de riesgos más racionalizados.

La reducción de las restricciones financieras que ofrece la apertura puede mejorar la resiliencia de los sistemas financieros, fomentando patrones de consumo e inversión más fluidos que, a su vez, mitigan la volatilidad. Por último, la integración financiera se ha asociado con una menor volatilidad macroeconómica, lo que fortalece aún más los argumentos a favor de su influencia positiva en la estabilidad financiera a través de una mayor capacidad de compartir riesgos.

Sin embargo, las investigaciones empíricas existentes presentan una narrativa algo diferente, revelando evidencia contradictoria con respecto a los resultados expuestos. Los resultados en materia de distribución de riesgos durante la reciente era de globalización se han centrado en las naciones industrializadas, dejando a los países en desarrollo y emergentes en gran medida excluidos de esta ventaja.

Casos como la crisis financiera mundial, la crisis de la deuda europea y la crisis asiática de finales del siglo XX han puesto de relieve algunas de las desventajas asociadas con una mayor apertura financiera. Los inconvenientes de la apertura para la estabilidad financiera incluyen una mayor volatilidad en los mercados financieros, la susceptibilidad a choques externos y dificultades para gestionar eficazmente los flujos de capital. El proceso de apertura financiera a menudo resulta en una integración más profunda con los mercados globales, lo que expone a los sistemas financieros locales a choques externos y al contagio derivado de las crisis financieras internacionales. Además, el aumento de los flujos de capital que acompaña a la apertura financiera puede amplificar el nivel de volatilidad de los tipos de cambio, los precios de los activos y las tasas de interés, planteando desafíos para la gestión de las políticas monetarias y fiscales internas.

Reconociendo estos desafíos, numerosos países han emprendido reformas, incluida la implementación de políticas macroprudenciales, para fortalecer la resiliencia de sus sistemas financieros frente a choques, en particular frente a aquellos que emanan de la volatilidad de los flujos internacionales de capital. Esto tiene especial importancia en las economías que dependen de las materias primas, donde estos flujos de capital están estrechamente vinculados a las fluctuaciones de los precios internacionales de este tipo de productos.

Teniendo todo esto en cuenta, en nuestro estudio más reciente, que se publicará en las próximas semanas, retomamos el debate sobre los efectos de la apertura financiera sobre la estabilidad financiera. El objetivo principal de nuestro artículo es examinar el efecto de una mayor apertura sobre la estabilidad financiera, reconociendo al mismo tiempo las dimensiones multifacéticas inherentes a estas dos variables. A diferencia de la mayoría de los estudios que se centran en un solo tipo de medida, adoptamos un enfoque integral al incorporar medidas tanto de jure como de facto en nuestro análisis.

Utilizamos diferentes medidas de apertura financiera, considerando que cada uno de estos indicadores se utiliza para medir distintos aspectos de la integración. Examinamos cinco indicadores de apertura, obtenidos del FMI, la UNCTAD y Chinn e Ito 1. Este conjunto incluye medidas de apertura tanto de facto como de jure. Consideramos diferentes indicadores de la estabilidad financiera en reconocimiento de los diversos aspectos que implica esta variable no observada, como la suficiencia del capital, la morosidad de los préstamos, las provisiones y los índices de liquidez.

Nuestras estimaciones nos permiten aislar los efectos mientras controlamos por un conjunto integral de variables macroeconómicas, políticas e institucionales. Empleamos un algoritmo de double-debiased machine learning para estimar los, efectos de la apertura financiera en sus diversas dimensiones sobre los indicadores de solidez financiera. Los modelos de aprendizaje de máquinas double-debiased son valiosos para estimar efectos directos en estudios observacionales porque abordan eficazmente conjuntos de factores de confusión de alta dimensión.

Nuestros principales hallazgos indican que, en general, la apertura financiera tiende a ser ventajosa para la estabilidad financiera. Los mayores niveles de apertura están asociados con menores índices de morosidad de cartera y/o mayores índices de adecuación de capital. Además, una mayor apertura generalmente conduce a un mayor nivel de liquidez bancaria, lo cual es un atributo favorable para mantener la estabilidad financiera. Curiosamente, el impacto de la apertura en la rentabilidad bancaria pasa desapercibido, lo que sugiere que la intensificación de la competencia en los mercados globales no afecta notablemente la rentabilidad de los bancos locales. En particular, los resultados subrayan el hecho de que cuando la apertura implica unas mayores entradas de capital, puede representar un riesgo para la estabilidad financiera debido a una mayor vulnerabilidad a las paradas súbitas y reversiones que están vinculadas con aumentos sustanciales de flujos de capital.

Nuestros resultados sugieren que una integración más profunda con los mercados financieros globales tiene una influencia positiva en la estabilidad financiera, al tiempo que preserva la rentabilidad bancaria. Esto implica que los formuladores de política, especialmente aquellos en países con mercados financieros emergentes, deberían contemplar la implementación de medidas para facilitar la integración con los mercados globales, incluida la flexibilización de las restricciones a las entradas de capital. Si bien las políticas macroprudenciales pueden ser ventajosas en condiciones específicas del mercado, nuestros resultados no aconsejan su adopción permanente como estrategia para aislar los sistemas financieros de los mercados globales.

Desde una perspectiva académica, nuestros hallazgos enfatizan la importancia de la prudencia al seleccionar un indicador de apertura financiera. La elección específica de esta variable puede producir resultados distintos que pueden no ser reproducibles con medidas alternativas.

  1. These proxies include the ratio of Total Foreign Assets plus Total Foreign Liabilities to GDP, Foreign Investors’ Equity In and Net Loans to Resident Enterprise, Net FDI as a percentage of GDP, the Financial Openness Index, and the Normalized Financial Openness Index.

Suscríbase a nuestro Blog

Recibe las últimas publicaciones y artículos en tu correo electrónico