Autores:

Carlos Giraldo – Director de Estudios Económicos del FLAR.
Iader Giraldo – Investigador Económico Principal

La mayor crisis sanitaria de los últimos 100 años ha tenido profundos impactos a lo largo de los diferentes países y regiones del mundo. Sus efectos han dependido de las condiciones previas que exhibían los distintos territorios, la fuerza con la que se presentó la pandemia y las respuestas de las autoridades económicas y sanitarias para contrarrestarlos. América Latina, Europa y Asia son tres regiones que han presentado efectos y comportamientos particulares, los cuales están detallados en un artículo publicado recientemente en conjunto con otros Acuerdos Financieros Regionales (AFRs) de Asia, Eurasia, Europa y Medio Oriente (Regional responses to the Covid-19 crisis: a comparative study from economic, policy, and institutional perspectives) y desde el cual vamos a presentar un marco comparativo de los efectos y respuestas ante la crisis actual en estas tres regiones.

Las condiciones iniciales de América Latina, Europa y Asia al momento de presentarse la pandemia fueron muy diferentes. De un lado, en América Latina y Europa el crecimiento económico venía siendo bajo, mientras que Asia ostentaba las mayores tasas de crecimiento entre las distintas regiones del mundo. De otro lado, en términos del PIB per cápita, Europa presentaba los mejores datos, seguida de Asia y en la última posición se encontraba América Latina (Gráfica 1). La crisis arribó a nuestra región tras cinco años de bajo crecimiento económico, cuando tenía una posición económica más débil que las otras dos zonas del mundo.

La pandemia afectó de manera diversa las tres regiones. El número de infecciones y muertes por millón de habitantes en Latinoamérica y Europa fueron las más altas, especialmente en la primera fase de la pandemia, al tiempo que Asia tuvo las menores tasas de infección y mortalidad (Gráfica 2). En correspondencia con lo anterior, las autoridades gubernamentales y sanitarias de estas dos primeras regiones tomaron fuertes medidas de restricción a la movilidad y a la concentración de personas por períodos prolongados, lo que sobrevino con grandes impactos negativos en la producción y demanda de bienes y servicios. Dichas medidas fueron menos prolongadas en Asia debido al rápido control y, por tanto, menor impacto de la pandemia.

Más allá de la propagación del virus y de las medidas de confinamiento, el desempeño de la demanda externa, los precios de las materias primas y las rupturas en las cadenas de producción global afectaron de manera directa los niveles de producción de las diferentes regiones. En este sentido, y en correspondencia con el menor impacto de la pandemia, Asia fue la región que sufrió la menor afectación económica a nivel mundial mientras que Europa y América Latina fueron las regiones que presentaron el mayor deterioro en la producción (Gráfica 3).

Todo lo anterior muestra una heterogeneidad de factores que propiciaron un impacto particular de la pandemia entre las diferentes regiones del mundo. No obstante, son evidentes las grandes dificultades que ha presentado América Latina para enfrentar este choque, al recibirlo con unas condiciones iniciales de mayor fragilidad en términos de crecimiento económico. Sumado a esto, la pandemia golpeó con más fuerza nuestra región porque tiene una combinación de desventajas estructurales frente a nuestros pares de Europa y Asia. Frente a Europa, si bien compartimos fuertes medidas de confinamiento, nuestra capacidad hospitalaria, redes de seguridad social y nivel de formalidad del empleo son mucho más bajos, por lo cual la afectación de la pandemia fue mayor. Frente a Asia, compartimos los altos niveles de informalidad, pero los niveles de infección, mortalidad y medidas de confinamiento fueron más prolongados en América Latina, con un mayor efecto negativo sobre la producción y el empleo.

La respuesta de los gobiernos, bancos centrales y organizaciones multilaterales para contrarrestar la crisis fue rápida y diversa entre las regiones, y en magnitudes ajustadas a sus respectivas capacidades de acción. Desde la Red de Seguridad Financiera Global (RSFG), los diferentes AFRs actuaron de manera oportuna revisando sus instrumentos y políticas de préstamo a los países miembros, así como sus niveles de apalancamiento, realizando asesorías técnicas, incrementando la colaboración con el FMI, entre otras actividades. Para América Latina, el FLAR introdujo una línea transitoria de crédito de apoyo externo Covid-19, incrementó su apalancamiento potencial y autorizó la implementación de un nuevo programa para aumentar su capacidad de crédito. A la fecha, solo el FLAR ha recibido una solicitud de asistencia financiera (crédito de liquidez por parte de Ecuador, en el segundo semestre de 2021), mientras que los AFRs de Asia y Eurozona no han recibido solicitud de asistencia financiera durante la crisis Covid-19. Esto puede explicarse tanto por razones de orden global (ej: abundante liquidez internacional) como de orden regional.

Hacia adelante, el reto actual es lograr una recuperación sostenida a pesar de las múltiples dificultades que se puedan presentar, aprovechando las experiencias y enseñanzas que viene dejando la crisis que aún estamos viviendo. Latinoamérica se encuentra en proceso de recuperación económica, con importantes retos en materia de desempleo, informalidad, desigualdad y seguridad social.

En términos de la RSFG y la estabilidad macroeconómica y financiera de la región, es esta la oportunidad para seguir fortaleciendo la red y robusteciendo el FLAR como el acuerdo financiero regional que brinda esa capa de protección adicional ante los posibles choques macroeconómicos y financieros que puedan presentarse.

Si algo nos ha mostrado esta crisis es que los riesgos nunca desparecen y la mejor forma de gestionarlos es salvaguardándose con una red que brinde estabilidad a la región con acciones preventivas y oportunas que contribuyan a la realización de procesos de ajuste macroeconómico ordenados, graduales y creíbles.

[*] Las opiniones y puntos de vista expresados son solo responsabilidad de los autores, y no del FLAR ni de sus órganos administrativos

Referencias

FLSchiliuk, G., T. B., Lapointe-Rohde, J., Palaiodimos, G., Attia H., Hinojales, M. M., Kho, C., Vasilev, G., Kostanyan, T., Carvalho, A., Guerzoni, B., Giraldo, C., and Giraldo, I. (2021). Regional responses to the Covid-19 crisis: a comparative study from economic, policy, and institutional perspectives.

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